Descripción
Los jesuitas establecieron una cadena de misiones en el norte de la Nueva España; la misión de Santa María de las Parras, en la Comarca Lagunera de Nueva Vizcaya, fue la más occidental de estas y ministraba a los indios laguneros.
Al momento de su fundación en 1598, Parras prometía ser la más importante de las misiones norteñas debido a la alta densidad de población indígena, pero una serie de epidemias diezmó dicha población y amenazó la existencia misma de la misión. Junto a este colapso demográfico hubo un surgimiento de la viticultura como base económica de la región, que transformó completamente en una generación el mismo perfil demográfico, el medio ambiente, y las relaciones laborales entre los distintos actores. Parras pronto se convirtió en una de las comunidades no-mineras más ricas del septentrión novohispano, pero la competencia por tierras y agua entre misioneros e indios por un lado, y colonos españoles por otro, liderados por la más poderosa familia del septentrión, los De Urdiñola, hicieron que las autoridades civiles y eclesiásticas decretaran la secularización de la misión a menos de medio siglo de haber sido fundada, pero más de un siglo antes del mismo proceso dado en otras partes de la frontera colonial.
Viñedos e indios del desierto: fundación, auge y secularización de una misión jesuita en la frontera noreste de la Nueva España
José Gabriel Martínez Serna
Fondo Editorial de Nuevo León y Museo de Historia Mexicana
Monterrey, NL, 2024
Pasta blanda, 156 pp.
Medidas: 20 x 13 cm
ISBN: 978-607-8317-43-1
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